Al interior de la casa del imputado, en Curaco de Vélez, se incautaron equipos electrónicos que mantenían 8 fotografías y 39 videos de pornografía infantil. Sujeto tras ser encausado por dos delitos quedó privado de libertad.
Fuente: La Estrella de Chiloé
En prisión preventiva quedó en las últimas horas un joven tras ser formalizado por abuso sexual impropio y almacenamiento de material pornográfico infantil. Un caso con epicentro en Curaco de Vélez, pero con alcances en Ancud, que necesitó una amplia indagatoria desjudicializada antes de encausarse.
Desde el verano del año pasado comenzaron las diligencias para esclarecer la procedencia de aberrantes mensajes recibidos por una niña de apenas 10 años, a través de telefonía celular.
La denuncia del padre de la menor a la policía en la ciudad del Pudeto activó las pesquisas. No solo se buscó al responsable de las imágenes, sino también el contexto de las mismas y otras aristas relacionadas con material sexual indebido.
Las pericias fueron comandadas por la Brigada de Delitos Sexuales y Menores (Brisexme) de Ancud, con apoyo de otras unidades especializadas como la del Cibercrimen de Puerto Montt. Un despliegue que llevó a identificar un sospechoso y su domicilio en la comuna curacana. Hasta un allanamiento de aparatos electrónicos se materializó en su casa.
Sin embargo, el análisis de la evidencia recogida tardó meses. Una situación que es esperable, como especificó el jefe de la Brisexme local, Javier Muñoz, explicando que toda la prueba recolectada pasa por muchos filtros. Hasta el Laboratorio de Criminalística (Lacrim) con sus expertos entra en juego.
«Los peritajes son largos. Hay auditoria informática realizada por peritos. Además, existe un protocolo de trabajo validado por el Poder Judicial que es exhaustivo para sustentar cómo se produjo la búsqueda y se recogió la prueba», recalcó el comisario sobre esta dinámica indagatoria.
A su vez, el también sicólogo resaltó que en muchos casos, los sujetos implicados «van eliminando o encriptando el contenido, por lo que hay que ‘bombardear’ estos computadores para acceder a esta información».
La formalización
En definitiva, un cúmulo de antecedentes se logró allegar al Ministerio Público para solventar las pretensiones punitivas. Con ello, el sospechoso fue citado a una audiencia en el Juzgado Mixto de Achao, donde ingresó caminando y se fue privado de libertad.
El imputado de iniciales V.H.B.B. (26) fue encausado por abuso en su modalidad «sin contacto corporal». Según el Código Penal, se sanciona entre 541 días y 5 años de presidio a quien realice una acción sexual para procurar su excitación -o la de otro- ante una persona menor de 14 años y «la hiciere ver o escuchar material pornográfico o presenciar espectáculos del mismo carácter».
A su vez, fue formalizado el isleño por encontrarse en su poder ocho fotografías de pedofilia y 39 videos de pornografía infantil.
Como explicó el fiscal (s) Cristian Mena, quien sustanció la audiencia, la indagatoria comenzó en Ancud hasta que se arribó a la vivienda del encartado en Curaco de Vélez.
«Se pudo establecer que tuvo conversaciones con una niña de 10 años y que envió material que a la luz de la legislación es pornografía. Luego de revisar algunos soportes electrónicos que tenía en su domicilio se pudo establecer que en estos existía también material pornográfico infantil», aseveró el persecutor.
Ante la gravedad, carácter, número y naturaleza de los delitos, el representante del Ministerio Público invocó la prisión preventiva para el joven. Apuntó que su libertad es un peligro para la seguridad de la sociedad, insistiendo que estos ilícitos «afectan un bien jurídico sensible que en el caso de los menores es la integridad sexual».
El sentenciador
El magistrado Bruno Casale acogió estos argumentos y decretó la cautelar más gravosa, argumentando que los presupuestos materiales de los ilícitos encausados no estarían en discusión, gracias a la evidencia presentada, como la denuncia del padre de la menor, el testimonio de la niña, las fotografías de las especies incautadas y el informe pericial del Cibercrimen.
Más allá que no discutiera la existencia de estos ilícitos, el defensor Rodrigo Zamorano cuestionó la necesidad de cautela. Rechazó los planteamientos fiscales en la audiencia de primera instancia y lo volvió a hacer en esferas judiciales superiores.
Sí, porque el abogado apeló ante la Corte de Apelaciones de Puerto Montt para modificar la precautoria impuesta.
«La prisión preventiva es desproporcionada, ya que si esta causa termina en condena esta sería cumplida en libertad», aclaró el jurista, sumando que «se puede asegurar la comparecencia del imputado a los fines del procedimiento con una firma semanal o arresto domiciliario parcial».
A su vez, la fuente resaltó que su representado no tiene antecedentes penales y colaboró al entregar los equipos. Hoy el tribunal de alzada resolvería este requerimiento.
Una indagatoria larga y especializada
El jefe de la Brisexme de Ancud, Javier Muñoz, recalcó que en los cuatro años en que ha permanecido operativa la unidad en Chiloé este sería el cuarto caso relativo al almacenamiento de material pornográfico infantil que indagan. Otros tres más grandes se concentraron en Castro (2) y Dalcahue. El comisario aseveró que es difícil detectar estos delitos y que las diligencias implican la interacción con otras unidades especializadas, incluso con el FBI (Oficina Federal de Investigación) de Estados Unidos. «Ellos pueden rastrear las deep web, esta internet paralela que está prohibida, pero que con el avance en la informática los criminales utilizan para la distribución de la pornografía», explicó. A su vez, el sicólogo no dudó en señalar que los delitos sexuales asociados al contenido porno infantil «son una realidad en Chiloé». Por ello, la Brisexme creó un equipo especializado el 2016 para analizar estos ilícitos.
«Tenemos ingenieros informáticos que también son detectives con equipos avanzados», enfatizó el oficial, detallando que estos profesionales siguen la pista de todas estas modalidades delictivas, en las que aparecen el grooming (engaño de un adulto a un menor por internet para abusar de él) o el sexting (envío de mensajes sexuales por celular), práctica que podría encajar en este último caso.
Fuente: La Estrella de Chiloé
hoy a las 14:12
hoy a las 15:07