Ayer comenzó el juicio contra tres sujetos sindicados por el Ministerio Público como los autores del brutal ataque a hombre de 51 años. Enfrentan cargos por violación y homicidio calificado con las circunstancias de alevosía y ensañamiento.
La mañana de ayer se dio inicio al bullado juicio por el asesinato del vecino de Puqueldón, Javier Nahuelneri Ojeda (51), quien resultó con signos de ultraje y hasta tortura. Tres «amigos» asoman como los eventuales responsables y enfrentan a la justicia por los delitos de violación y homicidio calificado.
Solo uno de los tres imputados prestó declaración en esta primera jornada, insistiendo de su inocencia en los hechos que se le acusan, argumentando que no estuvo en el sitio del suceso cuando se desarrollaron las brutales agresiones contra el lemuyano, de quien reconoce una amistad de cuatro años.
El encartado de iniciales L.V.C. (44), en su testimonio comentó que el 27 de enero había bajado tarde al trabajo y se había encontrado con el «finado Javier y el hermano», con quienes se dirigió a ver una «pega».
El acusado relató que luego de alojar en la casa de la víctima se habría separado de él al día siguiente, en una garita, luego de ir a ver un trabajo, dirigiéndose cada uno hacia sus hogares, «hasta que después me enteré de lo que le había pasado, creo que el domingo 28 (de enero)», agregando que «yo soy inocente».
«En la noche anterior nos tomamos unos tragos en la casa del finado, hasta que se acabó el copete», recuerda el imputado, sumando que posterior a eso se habrían dirigido hacia la «pega» en el sector de Hueñuco Alto, a cunetear, pero no trabajaron porque era el cumpleaños de Javier, así que se fueron y se tomaron una chicha en una garita y al terminarse, a eso de las 13 horas, se separaron.
Problema
En la entrega del testimonio, el fiscal de la causa, Luis Barría, consultó al imputado si «¿tuvieron algún tipo de problema alguna vez?», a lo que el acusado respondió escueto un: «No, nunca».
Richard Muñoz, abogado particular del acusado, comentó que «desde el punto de vista de nosotros, la teoría del caso es que nuestro representado nunca estuvo en el lugar de los hechos», reafirmando el relato de su cliente en su testimonio.
Recalcó el litigante que como defensa «mantenemos esa posición desde la apertura preparatoria y vamos a mantenerla hasta que termine el juicio, desde el punto que no hay medios probatorios suficientes que puedan sindicar en el lugar de los hechos a nuestro representado».
El abogado apuntó a que a través de las distintas jornadas de juicio oral mediante sus argumentos y pruebas demostrarían esta posición, insistiendo que su defendido no estuvo en el lugar de los hechos, lo cual el propio imputado afirmó en su testimonio, indicando que habría pernoctado en casa de sus padres.
«Nosotros queremos la absolución porque es una persona absolutamente inocente, que lleva más de 9 meses privado de su libertad, una persona que no tendría por qué estar en ese lugar, pero eso es materia judicial que tendremos que ver cuando termine este juicio donde esperamos que la sentencia sea a favor nuestro», remató Muñoz.
Por la defensa pública, el abogado Mauricio Díaz, recalcó que «los otros dos imputados no declararon, se acogieron a su derecho de guardar silencio», relatando que posteriormente al testimonio del único acusado que declaró, comparecieron carabineros, vecinos del sector y el hermano de la víctima.
Entre los peritos estuvieron los médicos que atendieron a la víctima, entre ellos el tanatólogo, la doctora que realizó la autopsia, el médico que hizo el peritaje de lesiones y el informe de delitos sexuales en el Servicio Médico Legal de Castro y una funcionaria de la Policía de Investigaciones.
«Nosotros -junto a Rodrigo Zamorano, defensor del otro encartado- situamos a nuestros representados en el lugar de los hechos, pero no participaron de lo que se les acusa», advirtió el jurista, recalcando que eventualmente podrían haber actuado terceras personas quienes serían los responsables de las lesiones que causaron la muerte a la víctima.
Para hoy queda el testimonio de un funcionario de la PDI, el perito siquiátrico, más la prueba que presentará la defensa privada, que llevaría a declarar alrededor de media docena de testigos. El fiscal de la causa declinó emitir declaraciones hasta finalizado el juicio por el que pidió 15 años de cárcel por la violación y cadena perpetua calificada por el homicidio contra los acusados.
La absolución
El defensor Mauricio Díaz advirtió que tanto la defensa privada como la pública postulará la absolución de los acusados, por falta de participación en los tres casos y en uno de ellos por infracción de garantías procesales, por unas diligencias realizadas, según ellos, sin los debidos resguardos, al no ser informados los derechos a guardar silencio ni a autoincriminarse.
Fuente: La Estrella de Chiloé
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