Irán dijo ayer domingo estar a favor de una “distensión” después de 10 días de alta crispación con Estados Unidos, en medio de la cual Teherán derribó accidentalmente un avión ucraniano y dejó 176 personas muertas.
“Estamos convencidos (…) que la única solución a la crisis pasa por la distensión y el diálogo”, declaró el emir de Catar, jeque Tamim bin Hamad Al Thani, tras reunirse con el presidente iraní, Hasan Rohani, en Teherán.
En este contexto de gran tensión, el secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, declaró este domingo que el presidente Donald Trump aún está abierto a hablar con Irán “sin condiciones previas”.
“Estamos dispuestos a sentarnos y discutir sin condiciones previas una nueva vía, una serie de medidas que harán de Irán un país más normal”, dijo el jefe del Pentágono, en una entrevista con la cadena CBS.
Poco antes, Trump había advertido a Irán que el mundo y “más importante, Estados Unidos, está mirando”, al referirse a protestas que ocurrieron el sábado por parte de manifestantes indignados porque Irán negó en un principio su responsabilidad en el derribo del avión.
“A los líderes de Irán: No maten a sus manifestantes”, tuiteó el presidente estadounidense.
Irán reconoció el sábado que un misil disparado por un “error humano” provocó la catástrofe en la que murieron el miércoles 176 personas -la mayoría iraníes y canadienses, muchos de ellos binacionales-, luego que en primera instancia las autoridades negaran esa tesis, a la que apuntó desde el principio Ottawa.
Esa confesión indignó a los iraníes. Tras dispersar el sábado por la noche una protesta de estudiantes que corearon consignas contra el gobierno en Teherán, las fuerzas de seguridad se desplegaron en el centro de la capital este domingo, armadas con cañones de agua a presión y bastones de madera, cerca de tres universidades.
Por otro lado, Irán reconoció este domingo haber detenido brevemente al embajador británico, Rob Macaire, cuando abandonaba una manifestación el sábado organizada inicialmente como vigilia en memoria de las 176 víctimas de la tragedia del avión ucraniano derribado.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, se dijo “muy preocupado” por esta breve detención e instó a la distensión.
“No fue detenido, fue arrestado por ser un extranjero no identificado que participaba en una manifestación ilegal”, dijo en Twitter el viceministro de Relaciones Exteriores iraní, Abas Araghchi, quien aseguró que fue liberado 15 minutos después, en cuanto se confirmó su identidad.
El embajador británico negó que hubiera participado en manifestaciones contra las autoridades iraníes, como publicaron algunos medios.
“Fui a un acto presentado como una vigilia en memoria de las víctimas de la tragedia del avión”, dijo Macaire en Twitter, y agregó que se fue del lugar “cinco minutos después, cuando algunas personas comenzaron a corear consignas” contra las autoridades.
El canciller británico Dominic Raab había advertido el sábado que “el arresto” del embajador “sin fundamentos ni explicaciones es una violación flagrante de las leyes internacionales”.
En reacción a las tensiones con Londres, unos 200 personas se manifestaron la tarde de este domingo ante la Embajada del Reino Unido en Teherán, y quemaron una bandera británica, según un corresponsal de la Agence France-Presse.
Los dirigentes de diferentes países, comenzando por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, alabaron el reconocimiento iraní, pero pidieron una investigación completa y transparente.
Este domingo, la prensa iraní dedicó sus portadas a la catástrofe: “Discúlpense, dimitan”, tituló el reformista Etemad; “Imperdonable”, escribió Irán, el diario progubernamental; “Profundas excusas por un error doloroso”, encabezó Javan, diario cercano a los Guardianes de la Revolución.
El jefe de los Guardianes de la Revolución, Hosein Salami, compareció este domingo ante el Parlamento iraní a puertas cerradas para dar explicaciones sobre la crisis que sacude al país.
Según la agencia de prensa semipública Isna, Salami dio en el parlamento detalles sobre la muerte de Qasem Soleimani, jefe de operaciones exteriores de los Guardianes de la Revolución, el ejército de élite de Irán, por un disparo de dron estadounidense, el pasado 3 de enero en Bagdad.
El general Salami aseguró al parlamento que el objetivo de esos ataques no era “matar soldados enemigos”. “Queríamos (mostrar) que podemos atacar cualquier lugar escogido por nosotros”, declaró, según un video difundido por la televisión estatal.
Asimismo, el general Salami habría mencionado las represalias iraníes a este ataque estadounidense. El miércoles, Irán disparó una andanada de misiles contra dos bases iraquíes con tropas estadounidenses, según Isna.
Y en una muestra de que una distensión duradera todavía estaría lejos de alcanzarse, ayer domingo, ocho cohetes, de origen indeterminado, impactaron en una base utilizada por soldados estadounidenses al norte de Bagdad, sin causar bajas entre los estadounidenses, según fuentes militares iraquíes. Cuatro iraquíes resultaron heridos.
En respuesta, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se declaró “indignado”. “Esas violaciones repetidas a la soberanía de Irak por grupos opuestos al gobierno iraquí deben cesar”, tuiteó.
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